Uno de los denominadores comunes en la mayoría de estudios que se han realizado en torno al IoT (Internet of Things) ha sido el de señalar de forma inexorable el año 2020. Puede que sea por el encanto inherente al propio número en sí o porque la mayoría de gobiernos han realizado sus agendas de futuro con este año en cabeza, pero durante un tiempo hemos visto publicarse informe tras informe, entrevista tras entrevista en los que el año 2020 se señalaba como la referencia para tener una primera métrica de futuro en el mundo del IoT. Depende del informe que se lea los objetivos cambian, pero todos intentan cuantificar la cantidad de objetos conectados que habrá en funcionamiento en el planeta. 50 mil millones parece ser la cifra con más consenso, si bien algunos fueron más conservadores.
El hecho es que aún estamos en 2017 y podemos estar todos de acuerdo que una vez pasada la expectación, el hype, con el IoT nos encontramos en una etapa expansionista y de transición. Existe incontable talento a nivel de investigación y desarrollo dentro del IoT, pero un gran vacío de conocimiento de la foto actual de lo que el IoT representa y su potencial en las empresas. La actividad estandarizadora ya ha dado sus primeros frutos, pero aún quedan importantes áreas por cubrir en las que se trabaja de forma muy activa.
Los retos del IoT en los próximos años son incontables, pero si debemos destacar los cinco más importantes, me inclinaría por los siguientes:
- La gran escala: el IoT es hoy en día un IoP, un “Internet of Pilotsâ€. Con decenas y centenas es imposible encontrar un ROI en ninguna aplicación. El precio y la optimización sólo pueden venir por la gran escala, de la misma forma que las oportunidades de crecimiento de la mediana y pequeña empresa están muy cercenadas con pilotos, pruebas y ensayos. Un círculo cerrado que hemos de intentar romper por alguna de las dos partes.
- La ciberseguridad: mucha tinta ha corrido estos últimos meses sobre los botnets de dispositivos IoT que han perpetrado ataques. Aunque englobados en el IoT, no es del todo correcto hacerlo de forma genérica. El uso de tecnologías tradicionales de forma ligera puede traer estos riesgos. Las nuevas tecnologías nativas IoT tienen un enfoque mucho más seguro, pero desconcemos qué amenazas encontraremos en los años venideros y deberíamos estar ya preparándonos para ellas y planificando la mitigación ante posibles futuros ataques.
- Tecnologías unificadas para el IoT: la torre de Babel que el IoT nos presenta hoy en día es un galimatías que pocos afortunados podemos entender en su totalidad y que nos desgañitamos por explicar y hacer entender. Ya sea el 5G, el 4G reducido o cualquier otra tecnología unificada, debemos ser capaces de dar respuesta a la conectividad de una forma barata y universal en el IoT.
- Inteligencia de negocio orientada a servicios innovadores: centrar el IoT en el puro reporte y recopilación de datos es un error. Debemos crear servicios, pero también las herramientas sobre las que los crearemos deberán entender el negocio y aplicar el Big Data y el machine learning para dar un valor añadido, hasta ahora inexistente. Servicios, no dispositivos, productos, no plataformas.
- El talento: se necesita talento tecnológico en el IoT y debemos crearlo desde ya. Hay que fomentar el aprendizaje STEM, fomentar el movimiento maker, potenciar la cultura emprendedora, etc. Los estados necesitan creerse el IoT y hacerlo de forma seria.
¿Qué pensáis de esta lista? ¿os sobraría alguno de los retos? ¿añadiríais algún otro?