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El fenómeno de los Ch’tis

Hoy toca una de cine y de una pelí­cula que acaba de salir masivamente en DVD en nuestro paí­s vecino…

Francia es un paí­s cinéfilo, con una gran tradición tras las cámaras y un estilo propio en sus pelí­culas. Cierto es que como en toda Europa, los omnipresentes estrenos venidos desde norteamérica copan las carteleras de todo el hexágono, pero cierto es también que nuestros vecinos del norte lleva con mucho orgullo su exception culturelle. El cine francés es un cine con más protección que el español y la gente lo defiende haciendo algo que nosotros no hacemos aquí­: yendo al cine a verlo.

Este año hemos tenido un evento ciertamente particular. Una pelí­cula del montón, de esas que sólo dura unas semanas en pantalla, con un presupuesto de tan sólo 11 millones de euros (las americanas tienen miles) y sin efecto especial alguno, ha conseguido colocarse como la segunda pelí­cula más vista de la historia en Francia. Sólo sigue siendo superada por la lacrimógena Titanic. Algo así­ como lo que fue el efecto Torrente en España acaba de pasar estos meses por estas tierras y ahora llega de nuevo en DVD. Lo curioso es que la pelí­cula tan sólo es una comedia muy ligerita, sin ninguna nota disonante y con una carga de tópicos muy grande. Bueno, pues aún así­, Bienvenue chez les Ch’tis ha conseguido que casi 21 millones de espectadores hayan abarrotado las salas francesas.

Lo curioso, tal y como pasó con Torrente en España, es que la historia y los dialogos de esta pelí­cula no invitan a una explotación fuera del mercado francófono. Resumiendo el argumento, todo va de un empleado de La Poste (Correos en Francia), Philippe, que hace trampas en un traslado y es castigado con un traslado de dos años a la región de Nord-Pas-de-Calais, la zona más al norte de Francia. Todos los clichés franceses definen a esta zona como un sitio en el que nunca se ve el sol, llueve todo el rato, la gente es ruda, alcoholica e incomprensible por hablar un curioso dialecto, el Ch’ti (conocido formalmente como Picard), completamente indescrifrable para el resto de los franceses. Algo así­ como si a un Valenciano lo trasladan a la Galicia profunda o a un Murciano lo meten en el Valle del Pas. Como podéis suponer, la llegada es dura, pero luego descubre que la gente es estupenda, se integra perfectamente e incluso acaba chapurreando el Ch’ti. Todo esto rodeado de anécdotas, historias paralelas y la vida con su mujer, la cual se ha quedado en Marsella y a la que cuenta que vive fatal para que ella esté tranquila y siga creyendo en su imagen tópica de la región. Aquí­ tenéis una escena de la pelí­cula en la que Philippe quiere acompañar a Antoine en su tournée diaria para repartir el correo y entender por qué siempre viene borracho.

Como véis el argumento no puede ser más sencillo. La pelí­cula se deja ver, pero tampoco es ninguna obra maestra. Bueno, pues esta simple historia ha conseguido llevar al cine a gente de todas las edades, ideales, gustos y pensamientos. El boca a boca (Le bouche í  oreille en francés) ha hecho más que la mejor campaña de marketing que se hubiese podido idear. Conozco gente que no iba al cine desde hace años que ha dejado a los niños con una canguro solo para ver a los Ch’tis. Ha sido la locura colectiva. Y los productores ya se están frotando las manos con la campaña de Navidad y las ventas del DVD recién salido.

Cada paí­s tiene sus particularidades y gustos, y lo de esta pelí­cula sólo lo pueden entender los franceses. No sé si la cinta llegará a España o no, porque doblada la pelí­cula perderí­a mucho, pero al menos si en vuestras próximas vacaciones en Parí­s o en Biarritz os hablan de ella, sabréis a qué se refieren.

Espero que el post os haya gustado y si no ch’ti qui est nin contint i’a qu’í  v’nir ém vir!